Intervención de Cossac derivó en acoso contra Auditoría Interna de la Nación
Mié 28/08/2013 - 16:35 por Editores
Foto: Javier Calvelo
Un grupo de trabajadores públicos eficaces en el cumplimiento de su tarea, cansados de ser denostados tomaron la palabra y fueron contundentes. Desde el blog de la Asociación de Funcionarios de la Auditoría Interna de la Nación denunciaron las injurias que el expresidente de la cooperativa Cossac, Julio César Talamás y su asesor Gerardo Bleier propalaron contra ellos desde diversos medios, luego de ser separados de sus cargos.
Talamás se había fijado —por sí y ante sí— un sueldo de 190 mil pesos y establecido uno de monto cercano para Bleier.
Nada mejor que recoger algunos tramos de los argumentos expuestos en este blog para dar cuenta de su indignación: «Cuando un grupo de funcionarios de una pequeña oficina de control realiza su trabajo en forma por demás profesional, en condiciones de constante presión, recabando información que demuestra que se esta realizando un delito, cuando la Justicia comprueba que este delito existe y que se está cometiendo un exceso y decide intervenir […] los villanos se vuelven "víctimas", se juntan con el poder político y le piden [que interceda], van a entrevista con los periodistas amigos y les piden [que los ayuden].
»Paradójicamente, la actitud valiente de los funcionarios de la Auditoría Interna de la Nación fue catalogada públicamente por Talamás y Bleier de abuso de funciones. Desafiamos a estos dos sujetos [a] que, si tienen pruebas para demostrar el abuso de funciones las presenten, porque [las suyas] son solo bravuconadas de pendencieros que no quieren perder los fastuosos privilegios de los que gozan.
»¿Qué ejemplo da la administración actual al mirar para el costado y hacer como que acá no pasa nada. Esto viene desde hace muchos años y cada vez es peor, llega el momento en hay que soltarle la mano a estos "amigos", porque si están dispuestos a sostenerlos, deberían saber que técnicamente son inviables, solo les queda ser mantenidos políticamente. Por lo que queda solo una pregunta: ¿hasta cuándo los van a bancar, no habrá llegado la hora de dejarlos por su cuenta? No sean nabos…»
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